Los calificativos de capital del mundo y la ciudad que nunca duerme son las palabras perfectas para describir una de los lugares más espectaculares; no solo por la inmensidad de todos sus lugares turísticos y otros no tan conocidos, por la variedad cultural, por la importancia de su operatividad, por la belleza y admiración de cada uno de los rincones de la gran manzana, sino también por la gran variedad gastronómica que me ha deleitado en todos mis sentidos.
Increiblemente deliciosa es la comida en New York. Cada propuesta de comida es un reflejo idóneo de la cultura, de la idiosincracia y de una idea única y singular. Comer en New York es literalmente una experiencia única. A ojos cerrados, me he deleitado en cada restaurante y en los carritos callejeros -con venta de hot dogs, bagels, donuts, shawarmas, entre mil más- de todos los maravillosos e únicos barrios de la ciudad. Debe haber un secreto culinario, pero en este país también se vive el sueño gastronómico.
Y running running, he hecho una parada en el emblemático restaurante Bubba Gump, una propuesta acorde a la famosa película Forest Gump, que me habían fielmente recomendado, como una parada obligatoria a probar. Sin embargo, mi experiencia fue ondulante, a veces poco placentera y al final, decepcionante.
Lo que más me gusto fue el menú, que es literalmente muy americano con platos principalmente de comida de mar, donde no pueden faltar las famosas costillitas de cerdo y unas abundantes ensaladas. Con una orden de Forrest's Seafood Feast, acompañada de una cerveza, tuve la oportunidad de probar varios aperitivos de mar que estaban deliciosos. La comida es exquisita!!!
Además, la decoración del lugar es ideal, muy bien pensada e icónica de la película; lo cual hace que la experiencia de comer sea más placentera y divertida -como es el caso de los letreros para solicitar la atención de los camareros Stop Forrest, Stop!!!, y para cuando no: Run Forrest, Run!!! En complemento, el lugar está excelentemente ubicado en Times Square, sobre la calle Broadway, con una vista espectacular a toda la zona.
Sin embargo, debo mencionar que la atención y servicio al cliente fue pésima. Si bien la recepcionista, Wilmarie, hace un inmenso esfuerzo para dar una calidosa bienvenida, una espera de más de 15 minutos para atenderme a la mesa -cuando más de la mitad del restaurante estaba desocupado- y la mala actitud y grosería del primer camarero (dominicano), opacaron mi experiencia. Por lo anterior, por una cerveza caliente y un vaso sucio a la mesa, el manager intento compensarme con una nueva camarera Ashley -quien compenso el disgusto inicial- y un postre gratuito que fue reemplazado por otra cerveza sin costo.
Para un total de US $43, a pesar de mi compensación y una buena comida, no estoy satisfecha con este restaurante, del cual tenía unas altas expectativas. Espero que quienes lo visiten se sientan mucho mejor atendidos!
ViVamus Tinto da Tres estrellas para Bubba Gump de New York.